De vuelta a la vida cotidiana (y V)

(Foto: tren minero en Almadén)

Y por fin llegó el momento de emprender la vuelta a casa.

Tomamos el camino más largo. Es la única manera de visitar lugares que, normalmente, pillan a desmano.

Así, por la carretera que de Córdoba lleva a Badajoz, comenzamos el regreso haciendo las siguientes paradas:

- Peñarroya; población minera.

- Belmez.

- Fuenteovejuna; quién no se acuerda de la famosa frase: "¿Quién mató al comendador?, Fuenteovejuna, señor" de Lope de Vega. ( una curiosidad; se puede escribir el nombre de esta población de muchas formas y todas son correctas. Fuente Ovejuna, Fuenteovejuna, Fuente Obejuna, Fuenteobejuna, jajajaa, así nos evitan el problema de las faltas de ortografía).

-Almadén; plaza de toros hexagonal, parque minero. Su importante mina de cinabrio explotada desde la época de los romanos y que tiene su momento más importante cuándo el descubrimiento de América, deja de explotarse a comienzos de este siglo. Ahora, acondicionada, permite sea visitada de forma guiada.

Ahí fuimos. Con casco de seguridad nos bajaron en el ascensor a 50 m. de profundidad. Nos llevaron por algunas de las galerías explicándonos curiosidades e historia de la mina, en un paseo ameno y distendido por parte del guía. Nos enseñaron un malacate en perfecto estado de conservación en el lugar que siempre había ocupado. Nos explicaron cómo orientarse, cómo saber dentro de las galerías dónde está el norte y el sur y otra serie de anécdotas del lugar. Salimos en el tren que utilizaban los mineros para ese fin y terminamos la visita en el museo.

Tomé nota de la fórmula química para la obtención del mercurio a partir del cinabrio: HgS+O2=SO2+Hg. Interesante.

Por cierto, hay que concertar hora para realizar la visita.

- Chillón.

- Granátula de Calatrava; ahí nació el General Espartero en 1793. A cinco kilómetros de esta localidad se encuentra el yacimiento de Oreto y Zuqueca. No pudimos visitarlo por no estar trabajando los arqueólogos (por lo menos eso nos dijeron).

- Almagro; con su corral de comedias. A las horas que fuimos ya se encontraba cerrado, pero un paseo por sus calles llenas de historia y sus tiendas de importante comercio de encaje de bolillo, fueron suficientes para contemplar esta hermosa localidad.

Y con esta entrada finaliza la serie dedicada a mis días de vacaciones. Así he podido cubrir estas semanas de parón viajero, ¡ que viene bien un descansito!.