• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

jueves, 24 de febrero de 2011

Ser español : una desgracia nacional.

Voy a contar un cuento. Sucesos reales, personajes reales, paises y ciudades reales, pero todo ello aparecerá con nombres ficticios. No seré yo quién, desde este blog, destape identidades. Los abusos (yo así los considero) que aquí denuncio, no deberían ser consentidos por parte de esas instituciones, estamentos, ministerios, corporaciones, asociaciones, organizaciones, parlamentos, sindicatos, senados, funcionarios, inspectores, etc.,etc. a los que, entre todos los españoles, pagamos, unas veces, y subvencionamos, otras, con nuestros impuestos.


"Érase una vez en la lejana Colombia una mujer llamada Evelyn, divorciada con 3 hijos que un buen día decidió "hacer las españas". Recaló en Santander con la disculpa de "unas vacaciones" y allí, con ayuda de cierta organización subvencionada, voy a llamarla Colabora, encontró un trabajo como interna al cuidado de una anciana. La familia le arregló la documentación que le permitió conseguir el permiso de residencia.

Fallecida la octogenaria, hizo las maletas rumbo a Burgos a casa de un familiar cercano.

Nuevamente Colabora la ayudó a encontrar trabajo, otra vez como cuidadora de una persona mayor.

Fue afiliada a la Seg. Social aunque en su contrato constaba que no superaba las 100 horas mensuales de trabajo. Llegó el momento de renovar el permiso de residencia, pero como con este contrato no cumplía el requisito de las 40 horas semanales, la ya famosa Colabora le solucionó la vida, ¿que cómo?, solo hay una manera, inventándose un contrato de trabajo complementario de empleada del hogar para pasar el trámite, luego, una vez obtenida la renovación se rompe el papel y aquí paz y después gloria.

Tenía la gran suerte de tener un trabajo de horario flexible que le permitía compaginar su labor con otros trabajos mejor remunerados, y así, Colabora, consiguió colocarla en una empresa con un contrato de obra o servicio a tiempo completo.

Los impuestos que pagaba Evelyn se elevaban a un 6,35% de S.S.+2% de IRPF que le retenía la empresa; de los 500 € que cobraba de la anciana... "NI AMAPOLA" porque la Seg.Social la pagaba íntegra el empleador.

A los dos años de estar en Burgos consigue traer a su hermana, Liliana, con un contrato en origen (creo que así se denomina) para trabajar en un sector, en el que, la mano de obra femenina no es precísamente escasa que digamos. En el paro hay más de una.

Pero pocos días antes de la llegada de Liliana, rescinden el contrato a Evelyn.

Evelyn alquila un piso a su nombre para que viva Liliana, en base a los ingresos que cobra por atender a la anciana, por lo que le conceden la ayuda para el alquiler.

Ya cumplía el primer requisito para poder traer a sus hijos: vivienda digna.

Evelyn, por aquello de las sustituciones por vacaciones, vuelve a la empresa con otro contrato por obra o servicio. Segundo objetivo cumplido: justificar que sus ingresos totales con suficientes para mantener a sus vástagos (SMI+3hijos x 150€/ al mes).

Fin del cuento".


Alguien dirá ¿qué tiene esta historia de particular?. Pues que Evelyn, lo dice bien alto y bien claro, que ella todo lo que hace es "para poder traer a uno de sus hijos que necesita de una operación que en su país es muy cara" -

Y como sé de lo que habló, diré que se trata de una operación de esas de chorricientas horas de quirófano, larga hospitalización, larga rehabilitación y mucha medicación, incluso de por vida.

Total, que si consigue finalmente llevar a cabo su propósito (le queda un documento pendiente de tramitar), Evelyn y su familia nos costarán a los contribuyentes españoles una pasta gansa:

- Ayuda al alquiler.
- 3 ayudas para libros.
- 3 ayudas para comedor escolar.
- 3 plazas en la enseñanza.
- 4 plazas en atención sanitaria.
- La millonada de la intervención del hijo.

Y mas cosas, seguro, que ahora mismo no puedo enumerar por no estar del todo informada. (no soy inmigrante).

Evelyn, como contribuyente, ha aportado al Estado la friolera (entiéndase la ironía) del 9% de sus ingresos en la empresa, durante un tiempo de, a lo sumo 3 años y tiene derecho a todas las subvenciones descritas; pero trabaja para una señora ESPAÑOLA, hija de ESPAÑOLES, nieta de ESPAÑOLES, viuda de ESPAÑOL cotizante durante 50 AÑOS, contribuyente durante sus 10 AÑOS de pensionista que permanece sentada junto a su familia, esperando ver si alguien se digna resolver de una vez por todas, su solucitud de la famosa Ley de la Dependencia; simplemente para poder llegar a fin de mes, porque su mísera pensión de viudedad no le cubre los 628€/mes de costo de Evelyn, y sus hijos, tienen que hacer frente mensualmente a sus necesidades básicas (luz, gas, teléfono, comida..).

¿ESTO ES JUSTICIA SOCIAL?. Lo que es es una auténtica vergüenza nacional.
Por eso digo, y espero se entienda, "ES UNA DESGRACIA SER ESPAÑOL Y VIVIR EN ESTA ESPAÑA.

martes, 8 de febrero de 2011

Sendero de la Genciana (Una salida frustrada)


La Sierra de la Demanda me tiene frita, no hay ruta que no tenga que dejarla para mejor ocasión y casi siempre es la climatología o cosas similares.

Había pedido prestado a Paul para darle un buen paseo y viendo que el tiempo tenia muy buena pinta, nos encaminamos a Alarcia.

Del recorrido hablaré el día que consiga realizarlo plenamente, porque hoy, tan solo puedo decir que las marcas (amarillas) del PR, leves al principio, a lo largo del trayecto se fueron difuminando hasta llegar a desaparecer de nuestra vista adentrados, como estábamos, en pleno bosque. El camino, se convirtió en senda y la senda se convirtió en la nada, adentrados, repito, como estábamos en pleno bosque. La senda al abrigo del sol, a ratos, estaba cubierta de neveros que se fueron convirtiendo, según ascendíamos, en un gran manto de nieve que tapaba cualquier rastro del camino y cuya altura me llegaba a la espinilla.

Estoy convencida, por el tiempo que llevábamos andando (2 horas) que teníamos que estar prácticamente, ya, en el alto; pero viendo el panorama decidimos darnos la vuelta y dejarlo para la época en la que el sol ya ha hecho su función y entonces se vea, por lo menos, la senda, que no las marcas, porque esas dependen de la mano del hombre que no suele tener la costumbre de remarcar los senderos.

Nos vimos obligados a comer de pie, simplemente apoyados en un tronco. Paul, más inteligente que nosotros, después de comer y temblando como estaba de frío por estar muy mojado, escarbó la nieve hasta conseguir llegar a las hojas dónde se hizo su cama y descansó mientras esperaba a que le diéramos la orden de partir.

Genciana, te espero en primavera.