• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

lunes, 15 de febrero de 2010

Domingo de Carnaval 2010





Con este tiempo tan desagradable, ha tocado dar una vuelta por la ciudad y ver qué se ve por la mañana el domingo de Carnaval.
Ovejas de sólo patas, vacas de sólo patas, chinas o japonesas (?¿?¿) regordetas, parejas vestidas de la época del Rey Sol demasiado "obesas", monjas triponas, .... todo por culpa del relleno acolchado de un necesario abrigo para poder salir un día como hoy a la calle; los 0º obligaban a ello.
Después de una vueltecita por el centro de la ciudad, me he acercado a la Pl. del Rey San Fernando para, en la escalinata de la Puerta del Sarmental, escuchar, un año más, a la Peña Recreativa Castellana que por estas fechas nos deleitan con sus chirigotas.
Disfrazados de escoceses, nos han ofrecido unas cuantas canciones con su punto satírico en las que daban leña a todos; desde el Alcalde hasta el presidente del Gobierno pasando por el Presidente de la Junta, ninguno se ha salvado.
Y aunque para que podamos sonreír un poco necesitaríamos la música, paso a trasladar un trozo de una:
(música de La Perrita Pequinesa) estribillo:
Con un Plan "Eeeeeeeh"
haremos pistas con bordillos de colores
con un Plan "Beeeeeee"
pondremos pastos "pa" borregos
que hay montones
Con un Plan "Chéeeeeee"
APARICIO a la TRICIO le dirá: (Aparicio -Alcalde;Tricio- Subdelegada del Gobierno)
Que sea un ¡E! o un ¡ZP!
me da a mi igual, cual es el plan
aparcamiento o ambigú
¿quién pagará? ¡vas a ser tú!

martes, 9 de febrero de 2010

Alto Miradores

(Foto: vistas desde la cima, en la llanura la carretera N232)

En Oña, dejamos el coche detrás de la casa cuartel de la Guardia Civil, (normalmente, ahí, siempre hay aparcamiento). Comenzamos a andar bordeando el Oca, adentrándonos en el desfiladero.
La ruta está bien señalizada. Son 14 Km ida y vuelta sin demasiadas complicaciones, salvo un pequeño repecho a medio camino.
Hoy hemos salido un poco tarde de casa, es una de las ventajas de ir solos. Y en el fondo yo lo estaba deseando, últimamente me encuentro muy receptiva a comentarios inoportunos que tengan como base de la discusión el tema empleo, el tema paro o el tema sueldo. Comprendo que, en estos momentos, resulta inevitable no hablar de todo ello, pero el problema, es que también he comprobado que las personas por muy amigas que dicen ser, pues resulta que muestran muy poca empatía con una; por lo tanto... mejor sola. Eso es lo que me apetecía el día de hoy.
Y como siempre me ocurre en estos casos, he podido disfrutar de grandes momentos de soledad como consecuencia de mi lento y tranquilo caminar.
A solas con mi mente, la he dejado en blanco, escuchando, en un primer momento el sonido de lo que se me antojaba un rebaño de ovejas en la lejanía, pero que cuándo llegué descubrí que eran vacas, toros y demás parentela. Allí estaban mirándonos y sin perdernos de vista perfumando el ambiente enfangados en su particular ciénaga.
Dejamos la fábrica de perfumes varios y nos dirigimos a la izquierda para adentrarnos en un bosque, algo calvo, pero bosque al fin y al cabo, de pinos.
Una prolongada pero suave subida nos lleva hasta el refugio de Pociles. Acondicionado para pasar un día de campo o para dormir bajo techo.
Y ahora comienza lo más duro de la ruta, aunque tampoco es para tanto.
Y fue aquí dónde mi tranquilidad espiritual dejó paso a un recuerdo amargo vivido días atrás y que jamás podré olvidar.
El camino estaba plagado de manchas de sangre, que pudieran ser de algún animal que los cazadores hubieran bajado. Era una sangre aún fresca, tal vez de esa misma mañana. Entonces volvió a mi mente.....
Fue el viernes. Salía junto con B. de comprar y su perrita, una yorkshire, la recibió con todo tipo de celebraciones, ladridos, saltos. Me alejé de ellas. A los dos segundos, desapareció, un golpe seco y una gemido fueron un mal presagio. Volví con B. y pregunté. Allí estaba el animal, un coche la había pillado; le había dado un golpe en la cabeza y estaba tumbada sobre un charco de sangre, sus ojos en blanco y sus patas convulsionaban.
Este acontecimiento hizo que recordara lo que jamás se me debe olvidar: vida solo hay una y en un segundo todo puede cambiar, por eso hay que aprovechar el momento, porque en una hora, en un segundo, la realidad puede destrozar ilusiones, esperanzas y futuro, tuyo y de los que te rodean.
Decidí retomar las buenas sensaciones que hasta ese momento llevaba y me centré en los sonidos. Ahora que habíamos tomado bastante altura oía aviones; y es que mirando al suelo para no tropezar en alguna de las piedras, no me había dado cuenta que me encontraba bajo los cables de alta tensión hasta que llegué a una de las torres ¡ vaya como suenan !; y luego las chicharras, también sonido provocado por la corriente eléctrica.
Y ya en Alto Miradores una vista espléndida. Abajo de frente, la carretera que nos conduce a Trespaderne, por la derecha, Cillaperlata y al fondo a la izquierda la Bureba. Precioso y eso que el día no estaba demasiado claro.

jueves, 4 de febrero de 2010

Las Candelas y San Lesmes





Ante la gran "amenaza" que se cernía sobre las carreteras, (nieves, vientos, frío...) ésta se ha quedado en Burgos. (Hoy no han dada una)
Y como se celebraban varías festividades, me he recorrido la ciudad de punta a punta, por decirlo de alguna manera.
Mi primera parada me llevó a Gamonal. La fiesta de Las Candelas.
Este año, aprovechando una amplia zona peatonalizada, han montado una gran carpa, dónde entre otras cosas, han ofrecido pinchos, y junto a ella un gran mercado medieval. He aprovechado para adquirir unas estupendas rosquillas de anís recién cocinadas.
En esta fiesta, uno de los festejos más importantes suele ser el religioso. En la misa mayor, los niños bautizados el año anterior, son nuevamente bendecidos y bautizados. Es un momento entrañable.
Luego me bajé hasta el centro para ver el ambiente de las Fiestas de San Lesmes. Una cola enorme delataba el ofrecimiento gratuíto de pinchos de morcilla y chorizo. Al mismo tiempo, las autoridades junto a la Reina de las Fiestas del año pasado, asistían al baile de los Danzantes y de los Gigantones; y en las calles aledañas, grupos de danza interpretaban y bailaban bailes regionales.
Y me compré un rosco de San Lesmes. Los hay dulces o de pan, y claro, como a una el dulce no le va.....
Por aquí os dejo alguna de las fotos que hice que espero os gusten.