Para seguir la tradición de todos los años, este domingo ha tocado salir a vendimiar.
Que nadie piense que estamos quitando beneficios al agricultor, ni trabajo al vendimiador, es simplemente que las máquinas dejan demasiado fruto en las cepas y, entonces, sólo entonces nosotros salimos a por unos pocos racimos para nuestro consumo. Es más que nada una afición, nada más. Y siempre que voy me acuerdo de una canción que me enseñaron de niña para un festival de esos de fin de curso, no tenía yo más de 9 años :
".....-......
La espigadora con su esportilla
"paece" la sombra de la cuadrilla
sufre espigando tras los segadores
los mismos sudores
que el hombre que siega y que trilla
la espigadora con su esportilla.....
.......-........
Ay,ay,ay,ay que trabajos nos manda el señor
levantarse y volverse a agachar
todo el día a los aires y al sol......
etc.etc."
Preciosa canción. Después de años, ya con unos cuantos años más, cuando comencé a coger gusto al género chico, pude descubrir que pertenecía a la zarzuela La Rosa del Azafrán de Jacinto Guerrero.
Pues para eso, para coger unas poquitas uvas, nos hemos dirigido a la Ribera del Duero, más concretamente a San Martín de Rubiales.
Una ruta de tan sólo 11 Kms. en la que, más que uvas, pudimos coger alguna almendra y alguna nuez. La uvas casi ni las vimos. La vendimia la habían hecho a conciencia.
Pero como somos bastante tozudos, ya de camino a casa paramos cerca de Sotillo de la Ribera que tenía, ya, parte de sus campos vendimiados y allí fue dónde pudimos realizar nuestra cosecha.
Buen tiempo, demasiado bueno, hemos podido disfrutar estando en las fechas que estamos.