Las personas somos un mundo.
Disfrutamos haciendo lo que otros odian. Nos gustaría tener lo que otros detestan. Total que no estamos conformes con nuestra suerte.
¿A qué viene esto?. Pues viene a que el otro día estuve "vendimiando". Salimos al campo por lugares dónde abundan las viñas. Estaban todas vendimiadas, ya casi secas, pero aún con bastante uva. Pruebas una, pruebas otra y te dices a ti mismo "Qué buenas están".
Sacas la bolsa de plástico y la navaja, que acostumbras a llevar al monte por si encuentras setas, caracoles, moras, o cualquier otra cosa comestible y deseada por cualquier "urbanitas" que le gusta el monte y la naturaleza, y dices voy a coger unas pocas. Y lo disfrutas, y coges diez y comes veinte, y llegas a casa con el estómago lleno y la bolsa repleta como si en tu vida hubieras visto las uvas, toda orgullosa de tu hazaña. Y te saben mejor que nunca y las saboreas más que nunca y te dices : "el año que viene, por estas fechas hay que repetir".