Esta vez hemos comenzado en:
Pedrosa de Tobalina:
Siguiendo la carretera, y justo antes de llegar al túnel del Puerto de Angulo a nuestra derecha, hay un aparcamiento. Dejamos el coche y bordeando la cerca de espinos pasaremos por una especie de puerta rotatoria y nos encaminaremos hacia los cortados.
Cascada San Miguel:
Bajamos el Puerto de Angulo con sumo cuidado pues el desvío que ahora debemos tomar se presenta como de sopetón. Tomamos dirección Cozuela. Nada más salir de este pueblo y a mano izquierda un camino. Dejamos el coche en la primera casa a la que llegamos y andando nos acercamos a ver
La Cascada de Peñaladros:
Volvemos al Puerto de Angulo, dirección Quincoces de Yuso. En este pueblo y nada más pasar el río la primera desviación (entre casas) a la derecha que nos llevará a Relloso para ver
Las Fuentes del Jerea:
Cogimos las mochilas y nos dispusimos a hacer una cortita ruta hasta llegar al túnel de la Complacera y subir al Pico del Fraile. De pronto dos grandes truenos que sonaron como si estuvieran encima de nuestras cabezas, nos hizo volver al coche ¡ menos mal que no nos hicimos los valientes como en otras ocasiones!. Fué meternos en el coche y arrancar cuándo comenzó a caer una tormenta de granizo. Lo que caía parecían canicas por su tamaño, de tal manera que nos obligó a parar y esperar a que se pasara, pues el asfalto estaba totalmente resbaladizo.
Pasamos por Frías y paramos en Tobera.
Río Molinar:
Ya de vuelta a casa por el puerto de Portillo del Busto, una nueva parada para contemplar el paisaje. Un campo florido a nuestra espalda y de frente todo el valle de La Bureba.
PD. para no estropear el encanto del paisaje y del viaje. Relloso el pueblo más sucio que recuerdo haber visto en años. Los caballos campan a sus anchas. Merodean por la fuente y el abrevadero, por los caminos y calles y como es natural hacen sus "cosas" por dónde andan. Las pisan, se mezclan con el agua..... al final un "chapapote oloroso" por todas partes. Por lo asfaltado y por lo no asfaltado. Tú intentas sortearlo pero se hace casi imposible. Al final te llevas el olor a casa por mucho que te limpies. Tengo las suelas de las botas a remojo, con detergente. No quiero guardarlas hasta que note que son "inodoras". Jamás, hasta hoy, había tenido que hacer semejante operación de limpieza.
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