En las grandes ciudades estos hoteles están muy solicitados. En Burgos supera las 300 camas pero siempre está al completo. La atención personal suele ser buena pero pecan a la hora del descanso: es muy difícil conciliar el sueño.
Este fin de semana "decidí" tomármelo largo, largo y "hospedarme" en un cinco estrellas de viernes a domingo, para poder disfrutar al completo de los servicios que ofrecen a la carta. Elegí el General Yagüe.
Si eres "un buen cliente", contarás con extracciones de sangre, electrocardiogramas, monitorizaciones, scaners, servicio de aseo personal, servicio de "chofer" privado, "licores gran reserva" por vena, (para que los puedas saborear mejor), controles de tensión, controles de temperatura...... todo ello amenizado por un ir y venir constante del personal que intenta hacerte la estancia " lo más agradable posible" para que no desees volver a ir por allí en muchos muchos lustros y así poder dar cabida a otras personas interesadas en estos servicios de lujo.
Normalmente en los primeros momentos, y si se te "da" todo muy bien, tienes pendiente de tí un mínimo de tres o cuatro personas de un buen nivel profesional para que vayas captando e intuyendo lo que vas a "disfrutar". Dispondrás de un apartado individual con numerosos avances tecnológicos a tu disposición.
Conforme pasen las horas y después de estar a cada momento preguntándote si estás a gusto con el servicio, deciden llamar al "chófer" para que te lleve a recorrer diferentes estancias del "hotel". Disfrutarás de los nuevos ascensores, tendrás prioridad y por una vez en tu vida, te permitirán ponerte el primero en la fila para contemplar interiormente el scaner y mirarás con prepotencia a los que con cara de tontos ven como su cita se ha demorado unos minutos más por tu llegada. Ellos no tienen aún el pase para el hotel y a tí ya te tienen reservada cama en una de las mejores suites.
Después de seis horas enseñándote lo mejor del hotel, deciden que ya es hora que descanses, pues el circuito turístico ha sido muy ajetreado.
Te suben a la "suite". Te colocan junto a la ventana para que puedas contemplar el amanecer y la luna. Lo malo es que tienes una compañera de habitación no muy charlatana, súmamente discreta con una edad razonable para poder compartir con ella tus vivencias, es más o menos de tu edad (89 años), pero ella tiene más "suerte" que tú. Es "mejor cliente". Tiene a su disposición más personal, le atienden diariamente un mínimo de 10 personas entre turno y turno de trabajo. Su "fidelidad" ha hecho que se desvivan con ella y no se conforma con estar tranquilita y disfrutando de las vistas y de los licores, exige su aseo diario, sus curas diarias, alimentarla, moverla, cambiarla de postura.... y todos corren a servirla, la tratan con cariño, con buenas palabras, pero ella a veces gruñe y protesta ¡ no sé qué más puede pedir!.
Llega la noche y como ha sido un día muy movido tienes ganas de descansar. Pero el personal que tienes a tu servicio entra unas veces a cambiar los licores, otras a poner dos en uno, otras a ver si estás a gusto y ya descansas y cuándo, por fin, parece que no tienen más que hacer y en el mejor de los sueños, aparece un "vampiro" a chuparte la sangre.
Amanece y al poco te enteras de que allí, en tu propia cama, dos días antes se ha ido al San José una clienta. Uff, comienzas a sentir unas ganas locas por marcharte. Pero no te dejan, dicen que aún te queda mucho disfrute.
Te pasan la comida personalizada, y piensas: "así no funciona un buen hotel". El problema es que o comes eso o no hay más porque encima te lo controlan y lo apuntan todo para ver si ha merecido la pena darte la oportunidad que te han dado.
Y pasan las horas y vienen a visitarte los amigos o la familia y te cuentan hablan sobre el día tan bueno que está haciendo, y que mañana haremos esto o haremos lo otro, pero tú piensas : "¿no será envidia que me tienen?".
Por fín llega el domingo y el responsable de todo aquello te hace el honor de acercarse a tu cama y en privado te dice: "Tiene que dar paso a nuevos clientes, por lo que le voy a dar su diploma de asistencia y puede marcharse. Nosotros hemos acabado la labor con Ud."
Y te marchas como loca pensando en no volver nunca más y dejar paso a otras personas interesadas en este servicio de alta calidad.
2 comentarios:
Sublime ironía y genial aproximación a las estancias hospitalarias.
Un saludo.
!GENIAL! Me impresionó muy gratamente tu post.Da la visión ( tan necesaria ) de parte del paciente que " disfruta" de su estadía en centros de tantas estrellas como el hospital de Burgos o cualesquiera otro similar, muy limpio, muy educados todos, pero.....Si no te opones, lo imprimiré y lo repartiré como volantes para que algunos de mis colegas, enfermeras y afines, lo lean y REFLEXIONEN
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