• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

lunes, 21 de enero de 2008

Toda una aventura


(Foto: Caballos en Covarrubias, casi sin luz ) (más fotos)
Salimos de Burgos con una hora de retraso sobre el horario previsto.
La carretera estaba muy peligrosa por la espesa niebla que nos acompañó hasta Cuevas de San Clemente. Total, que llegamos a Covarrubias con casi hora y media de retraso.
Comenzamos la ascensión por el camino que conduce a Hortigüela. Siguiendo las señalizaciones tomamos el desvío hacía el Monasterio de Arlanza para llegar al Pozo Azul.
Cuando llegó la hora de comer, y ante la certeza de que aún estábamos lejos de nuestro destino, nos desviamos del camino y paramos junto a unas tenadas abandonadas.
Convencidos de que nos sobraba tiempo, emprendimos el regreso a un ritmo relajado. Aún así decidimos ir atajando. Lo hicimos una vez, salió bien, pero la segunda.......aquí fue cuando comenzó la verdadera aventura de esta salida.
Disfrutábamos del paseo, de la conversación y hubo quién se subió a una construcción que encontramos suspendida en el aire al abrigo de los árboles, posiblemente un lugar utilizado para observar a los animales en su habitat natural. Estaba construida de madera, tapizada de moqueta, con ventanas de cristales. Nos reímos un rato pues se bromeó con pasar allí una noche.
Las Mamblas, a nuestra derecha, eran nuestro punto de referencia. Ibamos bien. Pero al pronto desaparecieron de nuestra vista, lo mismo que el camino que ya no era ni una triste senda.
Las risas y la relajación inicial dieron paso a la cruda realidad: estábamos perdidos enmedio de un bosque de enebros, sabinas y encinas.
Sin pensarlo dos veces tomamos la decisión de comenzar a descender habriéndonos paso entre los árboles. Sabíamos que a nuestra izquierda estaba la carretera ¿A qué lugar llegaríamos?. Eso era lo de menos. Pero el tiempo apremiaba. Sólo nos quedaba una hora, o tal vez menos, de luz solar.
Encontramos una torrentera y la seguimos. Luego un camino con pisadas de caballos y lo seguimos. La senda era fácil y lisa por lo que pudimos aligerar el paso a tal velocidad que se convirtió en un "rompe piernas".
Al mismo tiempo que perdíamos altitud el bosque se cerraba y el sol comenzaba a reflejar en la copa de los árboles un tono más rojizo, nada deseable en la situación en la que estábamos.
Por fin se acabó el bosque y entramos en unos campos arados, respiramos, sólo de momento. Seguíamos sin ver nada y encima el camino comenzaba a ascender. Al cabo de un rato escuchamos el sonido de coches y a nuestra derecha vimos los chalets de los ingenieros (así los conocemos nosotros) y de frente la carretera.
Aún nos quedaban, calculamos, unos tres o cuatro kilómetros para llegar. Fueron los peores. Pisando asfalto los pies se recalientan muy deprisa y no podíamos perder el ritmo; si se echaba la noche, allí en plena carretera, podíamos ser presa fácil de cualquier coche. Nadie llevaba nada reflectante que pudiera delatar nuestra presencia a los conductores.
Por fin el cartel de Covarrubias. Lo habíamos conseguido. Llegamos aún con algo de luz solar.
Entramos en el pueblo llevando puesto tan sólo un jersey fino y mucho sudor. Aunque había tan solo 6ºC, estábamos tan estresados que ni lo notábamos.
La mente ordena al cuerpo hacer cosas, en ciertas situaciones, que en frío todos diríamos que somos incapaces de realizar.
Total, que el atajo hizo que una ruta sencilla y relajada se convirtiera en 22 kilómetros y muchos nervios.
Por suerte todo ha quedado en pura anécdota; pero tengo la total seguridad de que "habrá que tomar" más atajos otros días. No es la primera vez que nos perdemos, pero hay que reconocer que aunque en ese momento se pasa bastante mal, al final resulta ser lo más interesante del día.
P.D. No es masoquismo, es aventura.

No hay comentarios: