Mi primer domingo libre desde hace unas cuantas semanas y, tengo la gran suerte, de que el tiempo se ha convertido en mi aliado.
En Burgos calor, pero en Alarcia habían puesto como máximo 20 grados. Buena temperatura para echarse al monte.
Mi primera salida de temporada y ya veremos cuando podré volver a repetir, por eso había que aprovechar como fuera.
El Sendero de la Genciana, reto pendiente de realizar. Esta vez no iba a ser la nieve la que pusiera trabas al reto.
Dejando el coche en Alarcia comenzamos a andar, por la carretera, dirección Pradoluengo hasta el depósito de sal, dónde a nuestra derecha comienza la senda. En el primer cruce, tomaremos el camino de la derecha (hasta que no estemos en él no veremos la señal). Recorridos unos 100 metros ¡ cuidado! tan solo un hito nos indica un estrecho camino, a la derecha, que en los dos primeros pasos tiene un "gran" desnivel, y que va tomando, de manera progresiva, altura. Hoy estaba totalmente cerrado por los helechos, casi invisible a primera vista.
El sendero no tiene pérdida. Llegaremos al cruce con la cascada. Nos acercaremos al lugar y volveremos a la señal para continuar la ascensión.
Las señales se vuelven borrosas, casi inapreciables ( aquí fue donde las perdimos la otra vez). Pero esta vez íbamos muy muy atentos. Aparece una de ¿ a la izquierda?. "¿ eso parece que pone, no?. Pregunté. La contestación fue "no lo sé ".
Avanzamos con sumo cuidado y por fin, a la izquierda una señal que nos baja para que crucemos el arroyo y nos sube, de manera empinada hasta el camino que nos llevará, primero al mirador ( a la izquierda) y luego hasta el depósito de incendios ( por la derecha). Pero cuidado, en el trayecto que va desde el mirador al depósito no volveremos a ver ninguna señal hasta que lleguemos a la carretera que sube a las antenas, por eso no debemos tomar ninguno de los caminos que veamos a nuestra derecha.
Ya en el depósito seguimos por el cortafuegos que atraviesa el pinar y la última señal que divisamos se encuentra, bajando y medio borrada, en un pino a nuestra derecha.
Como el camino estaba muy marcado, todos confiamos en que íbamos bien y seguimos andando. De pronto vemos que nos estamos dirigiendo hacia el pantano y que Alarcia se encuentra más a la derecha de nuestra situación.
En vez de volver al pinar y dado que habíamos recorrido bastante trayecto, decidimos continuar y confiar en el dicho de que todos los caminos llevan a Roma.
Pues nada, llegó el momento de la aventura del día. Seguimos buscando el primer sendero que nos llevara a la derecha y bajando, con tan buena suerte que topamos con el GR que nos llevó hasta un señal que ponía "Alarcia 2,3 Km.". Ahí pudimos ver por dónde va la senda que deberíamos haber tomado al bajar. Desde abajo se ve bastante claro. Pues eso, cuidado en el pinar en esa marca semi borrada, la siguiente marca es la que no vimos.
Tomamos el camino y, en una explanada, con cuidado observaremos, en la mitad un poste de señal y otro más adelante y otro, hasta dar con el sendero que nos llevará, sin pérdida, de regreso hasta el coche.
Tenía miedo de esta salida, de no poder acabarla bien, de tener que dejarla en la mitad, porque me estoy convirtiendo en la mujer transparente (he adelgazado en 25 días 3 kg. ) como consecuencia de no dormir en condiciones, de no tener unos horarios decentes de cenas y desayunos ( siempre me salto alguno), y encima voy a trabajar todos los días en bici, pero, aún con todo y con eso, he aguantado bastante bien esta ruta que, oficialmente, tiene 15 kilómetros aunque nosotros, por nuestro embobamiento, la hayamos convertido en no menos de 18 o 19.
La primera parte es dura por ser una constante subida, pero después todo es bajar suavemente.
El paisaje que se divisa desde el mirador, es espectacular: La Mesa de Oña, Montes Obarenes, La Bureba...Precioso, ha merecido la pena.
2 comentarios:
Hola Esperanza:
Me alegro mucho que disfrutes de estas salidas montaraces que nos relatas tan bien, que aunque duras, nada que ver con las "aventuras" laborales que has tenido que pasar y sufrir.
Un abrazo,
Una excelente jornada para "cargar las pilas". Y algún gramito menos que habrás perdido con la caminata.
Intenta relajarte por el bien de tu salud. Tu cuerpo terminará acostumbrándose a los nuevos ritmos cotidianos, pero, sobre todo, no te saltes las comidas; procura adecuar los horarios a tus circunstancias.
Recuerda que hay que mantenerse fuerte para seguir luchando.
Un abrazo. Y cuidate mucho.
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