• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

lunes, 10 de mayo de 2010

Monasterio San Pedro de Cardeña (Burgos)








Situado a pocos kilómetros de Burgos está regido por monjes del cister; en su interior está enterrado el Cid y fuera de él su caballo Bavieca.
Por cierto, muy bueno el licor que fabrican estos monjes. Lo aconsejo.

6 comentarios:

Abilio Estefanía dijo...

Hola Esperanza, la cantidad de años que no he entrado dentro.

Hace cosa de uno que fuimos a Burgos con tiempo para ir a visitarlo y hasta las 11 o las 12 no abrian (no recuerdo) y nos tuvimos que ir sin verlo porque teniamos otros compromisos (médicos).

Un beso y gracias por recordarme que tengo que volver.

el lio de Abi

Esperanza dijo...

Abi, tampoco vives tan lejos, por lo que en cualquier momento sacas un rato y te acercas
Un saludo

Una mirada... dijo...

Desconocía que Babieca también tuviera tumba conocida.
Reconozco que Rodrigo Díaz tiene un bagaje interesante. Independientemente del mito, me parece que fue un hombre que tuvo la patria debajo de los cascos de su caballo.

Saludos cordiales.

P.S.- Y mira que tienen buena mano los monjes/frailes conventuales para los "caldos reconstituyentes".

Esperanza dijo...

La verdad es que lo de Babieca lo he puesto, básicamente, como anécdota, pero yo.... digamos que no me lo creo que sea así.
De aquella época de nuestra historia nunca sabremos, a ciencia cierta, cuánto de verdad y cuánto de leyenda hay en los relatos.
Saludos, Mirada-

Chesana dijo...

Muy cierto lo que le contestas a Mirada: hay mucho de leyenda en el tiempo que mencionas; quizás por ello mueve siempre algo interior por saber más.

Las imágenes, como siempre, preciosas... y lo digo sin ambigüedades.

Un fuerte abrazo.

Esperanza dijo...

Me alegro Chesana, de volver a ver por aquí.
Besos