• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
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  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

lunes, 3 de agosto de 2009

Manzanares el Real y el Manzanares (Madrid)

(Foto:Manzanares el Real)
Tanto calor me tiene "recogidita" en casa. Pero tenía pendiente de publicar una salida que hice en Junio y que no había encontrado el momento de hablar de ella por aquello de mis preocupaciones laborales, ¡ qué digo preocupaciones laborales!, más bien aventuras y desventuras de un parado.
A lo que iba.
Manzanares el Real. Visita obligada a su castillo, que bajo mi punto de vista, tiene en su interior un hermoso patio renacentista y poco más, salvo algunos lienzos, pero estuvo bien porque aprovechamos la hora de la visita guiada teatralizada. Eso por la mañana.
Por la tarde nos acercamos al Centro de Interpretación del Parque Regional, que tiene en el exterior una variada selección de plantas, árboles, arbustos, etc. y si tienes paciencia puedes contemplar aves en su observatorio.
Para completar el día nos acercamos caminando a la Ermita de Peña Sacra, desde la que se puede observar una panorámica local y parte de la Pedriza.
Al día siguiente, informados como íbamos de que entrar en el parque de La Pedriza con el coche puede ser problemático pues sólo dejan entrar 300 coches (¡ qué es eso para un Madrid!), pues decidimos hacerlo por el mismo pueblo de Manzanares. Se deja el coche en la calle La Pedriza y a andar toca, bordeando en todo momento el río Manzanares. Es cuestión de ir fijándose en las marcas para ir por la mejor zona.
Y efectivamente, cuándo llegamos al paraje llamado Canto Cochino, el aparcamiento lleno. Seguimos caminando en dirección al nacimiento del Manzanares, y los siguientes aparcamientos idem del lienzo.
Abandonamos el camino que transcurre paralelo al río y comenzamos una relativa ascensión, luego una bajada y llegamos al puente de los Franceses, ahí a nuestra izquierda sin cruzarlo, mirando con detenimiento encontraremos una senda que será la que nos llevará en una constante ascensión hasta nuestro destino, si conseguimos llegar: los chorros, las charcas y el nacimiento.
Dura muy dura la subida, básicamente por el calor. Ninguna sombra sobre nuestras cabezas y con un sol de justicia.
Fuimos incapaces de llegar a las charcas. Eran las dos de la tarde, había que comer y volver atrás con unos 10 kilómetros por delante, y lo peor es que ya estábamos axfisiados del calor y el agua comenzaba a estar justita, eso que cargamos con abundante bebida.
Por lo menos llegamos a los Chorros. Muy bonito. Además desde allí se podía ver en la lejanía las torres Kio de Madrid.
La vuelta nos cundió mucho. Eso sí, tengo que comprarme otras botas, las que tengo resbalan demasiado en zonas areniscas y es que las estrias....mal, muy mal.
Por la noche nos llovío y se mojó el chalet, por lo que hubo que salir de vuelta a casa más tarde de la hora prevista, lo que evitó completar los planes de visitas a otros lugares que nos pillaban de paso. Los equipos hay que guardarlos secos para evitar futuras sorpresas.
Pero aún así, un gratificante fin de semana.


3 comentarios:

Una mirada... dijo...

Resulta trabajoso caminar en medio de la asfixia calórica, y más en horario del mediodía, cuando hasta la más pequeña de las prendas molesta adherida al cuerpo.

Visita guiada teatralizada. ¿Quieres decir que se trataba de una representación de hechos sucedidos en el castillo...?

Buenos -y aquí, afortunadamente, frescos y húmedos- días.

Esperanza dijo...

Así denominan a las visitas, en las que personajes caracterizados de la época, nos narran sucesos acaecidos en el lugar.
Ya he hecho algunas visitas de esta manera y suele resultar muy amenas.
En este caso dos actores, que representaban al (no me acuerdo de los nombres, pueden ser los Mendoza) matrimonio que cuidaba la fortaleza y te llevan a su época implicándote en la narración. Te recorren las dependencias contando sucesos o cotilleos o acontecimientos más o menos importantes de la época. Suelen resultar muy entretenidas y amenas. Normalmente sueles salir con una sonrisa. Por cierto este castilloo perteneció al Marqués de Santillana

Una mirada... dijo...

Ciertamente, ese tipo de visistas tienen que ser amenas e instructivas. Las desconocía como tales.

Gracias por la explicación.