¡ No me lo puedo creer !, en las fechas que estamos y saliendo al monte.
Y es que hablan del calentamiento global y de la sequía pero por estas latitudes vivimos un enfriamiento global y de tanto llover creo que me van a salir escamas. Prueba de ello es la indumentaria que aún utilizamos. Sólo hemos apartado los abrigos, pero los jerseys, calcetines, mangas largas (mejor dos que una), pantalones, etc., aún forman parte del día a día.
Hoy, al levantarme, llovía con ganas. Llamo a la gente y todos deciden no salir.
Busco una ruta por algún lugar con menos probabilidades de lluvia, por lo que nos encaminamos, los dos sólos, a Huerta de Rey. Preparados como íbamos no hemos tenido necesidad de utilizar ni gorros ni chubasqueros. Mejor.
Ruta bien señalizada, y cómo en estos casos, sólo hay que ir fijándose un poco en las señales. Unos 17 Km. con alguna subida interesante pero suficientemente corta cómo para no agotarse y perder las fuerzas.
Comienza en el camino que lleva a las piscinas en el paraje denominado Arandilla y Fuente la Salud. Es circular por lo tanto el camino nos devolverá al punto de partida.
Nos la hemos tomado con muuuuuchaaaaaa caaaalmaaaa. Tan sólo decir que tardamos casi 4 horas en hacer unos 10 Km., distancia que hay más o menos hasta las Aulas de la Naturaleza dónde comimos.
Y al final esta calma y tranquilidad la he pagado. Me pasa siempre; ese ritmo tan cansino me ocasiona un cierto malestar en la tibia que no tengo cuándo la marcha es más rápida pero que no lo noto hasta que descanso al final de la jornada y entonces sólo queda aguantarse.
Ya de vuelta a casa paramos en Hacinas para ver los árboles fosilizados.
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