• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

domingo, 6 de abril de 2008

Desfiladero del Urbel

(Foto: Miñón)
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Una celebración de índole familiar nos obligaba a estar en casa a la hora de comer.
Por eso motivo, con un día expléndido, salimos a dar un paseo muy cerca.
Paramos en Huérmeces y recorrimos algo así como la mitad del desfiladero, hasta que las rocas complicaron el camino y nos volvimos.
He vuelto un poco decepcionada, pero bueno.....Completamos la mañana con una visita al pueblo. Paramos en Miñón para ver su iglesia y así acabó esta jornada.
No obstante, pude disfrutar de paz y tranquilidad. El ir los dos solos es lo bueno que tiene, que al ser mi cadencia de paso muy inferior a la suya hace que siempre me quede rezagada y pueda sumirme en mis pensamientos.
Añoré los fines de semana con mi tienda, acampando cerca de un río. El silencio, el despertar con los primero rayos de luz entrando a través de las lonas, el frío y el rocío del amanecer, el contacto directo con la naturaleza....... Sensaciones lejanas que ya es imposible vivirlas. La acampada libre prácticamente prohibida junto con el miedo a que nos pueda pasar algo (hoy no se puede ir por ahí tan alegremente como hace tiempo) ha hecho que lleve muchos años sin disfrutar de esos bellos momentos.
Ahora lo más parecido, y sin punto de comparación, es esperar a que lleguen las vacaciones y plantar el equipo en un camping buscando, cuando puedo elegir, zonas solitarias y con la puerta mirando al otro lado de la civilización, para "aislarme" lo máximo posible.
Aún en esas condiciones disfruto de una libertad que no me la proporciona el mejor hotel. No hay horario para levantarse, para asearse, para comer, para cenar.....El horario lo estableces tú a tu comodidad.
Tu casa carece de cerradura. Tampoco tiene mucho que guardar. Lo poco de valor lo llevas encima. Y de momento, después de tantos años de campista, aún el público respeta lo ajeno. Espero que ese espìritu se conserve mucho tiempo, porque ese respetar y saberte respetado también te da libertad.

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