Salimos bien temprano camino de la Sierra de la Demanda, pero llegando a Castañares decidimos cambiar el rumbo; la niebla era tan espesa que no era cuestión de hacer un viaje a lo tonto, total para vernos obligados a volver.... mejor hacerlo en ese momento.
Por lo tanto, y teniendo en cuenta que llevábamos la comida, en vez de volver a casa aparcamos el coche en La Ventilla y nos encaminamos a Fuentes Blancas dirección Monasterio San Pedro de Cardeña.
El camino nos lo sabemos de sobra, ya lo hicimos en su momento, pero con niebla no lo habíamos realizado (jaja), por lo tanto, una nueva experiencia. Pero llevábamos un cuatro patas que no conocía la ruta y pensamos, que lo más seguro, le encantaría la experiencia. (de eso no hay duda).
Salió con mucho lustre de casa. Panza y patas con predomio del blanco, pero regresó chocolateado, no solamente era cuestión de color también de calidad y cantidad, porque llevaba colgando de sus melenas trozos de barro que, aunque lo llevamos, al final del trayecto, por zonas de hierba alta para que se limpiara un poco, casi nada conseguimos.
Eso sí, corrió, subió, bajó, cientos de veces y si nosotros caminamos unos 15 kilómetros, él, a nada, otros cinco más de tanto que iba y venía controlando a sus "amos por unas horas".
Llegó "doblado" a casa. Lo limpié y se quedó "frito" en una alfombra a mi lado, porque de la cocina no le dejé salir de lo mojado que estaba, ¡ a ver quién es el guapo capaz de secar ese pelo!.
Bueno, la ruta de hoy ya la expliqué en otra entrada pero lo repito muy rápido.
En Fuentes Blancas, junto a la fuente tomamos un camino que nos adentra en el pinar. De frente llegamos a la carretera, la cruzamos y bordeando el sembrado llegamos a un camino asfaltado, pasamos por debajo de la autovía y tomamos el camino de la derecha. En la primera bifurcación a la izquierda. Todo recto hasta llegar a la carretera dónde está la dirección al Monasterio. Bajamos por ella y a los pocos metros, a la izquierda, un camino que nos lleva hasta otra carretera, que la atravesaremos y de frente un camino, continúamos por él. Otra carretera, la atravesamos y tomamos el camino ancho que hay al frente. Recto pasamos por debajo de la autovía, y aquí, nosotros buscamos un sendero estrecho que bordea el río y que nos lleva, nuevamente, a otro paso por bajo de la autovía, y de ahí, a Fuentes Blancas.
Hoy, para finalizar, hemos vuelto a subir al pinar hasta la tapia de la Cartuja, desde ahí hemos iniciado el descenso, luego hemos rodeado el camping y vuelta a La Ventilla. Ya veis, los que lo conozcáis, unos cuantos kilómetros pero lo que hoy nos sobraba era tiempo; se ha notado que no habíamos utilizado los minutos de desplazamiento del coche.
1 comentario:
...llegaría "doblado", sí, pero, sin dudarlo, fue ese uno de los mejores días de su vida. Los perros -y más los urbanitas que sufren espacios acotados- necesitan desentumecer y curtir sus extremidades y disfrutar masajeando su pelaje contra el suelo; regresar, de vez en cuando y durante unas horas, a la libertad de la que gozaron sus antepasados.
No es extraño que el perro te idolatre. Le has abierto la puerta a un mundo atrayente al que apenas había tenido acceso.
Que lo sigas -y te siga- disfrutando.
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