Que nadie piense que me he ido de puente, ¡ qué más quisiera yo !. Tampoco he ido, por eso de la lluvia, al monte, este largo fin de semana me he dedicado a hacer "buenas acciones"; y es que me he convertido en la niñera oficial de un precioso ejemplar de Cocker Spaniel Inglés (eso me han dicho).
Cinco meses, eso tiene el mozo, y me tiene loquita aunque no se lo diga a sus dueños para que no abusen de la guardería. Es un buenazo y creo lo será de mayor. Ahora mismo, tan solo quiere jugar a todas horas, pero ni gruñe, ni protesta ni ladra en casa; importante lo último.
Se llama Paul, en homenaje a Paul Newman, actor del que sus propietarios son auténticos fans.
Lo tengo totalmente sobornado. Sus saludos, tipo terremoto, los recompenso con una golosina, un trozo de salchicha... total que se hizo muy pronto amigo mío.
Con mucha desazón se fueron sus dueños y lo dejaron a mi cuidado. Llamadas de teléfono cada 3 o 4 horas para preguntar por él; temían que entrara en depresión, jajajaja, sí, sí, depresión, la de sus amos.
Al "depresivo" me lo llevé, aún lloviendo, al parque que hay junto al Vena, largo y espacioso. Le hice correr y jugar durante hora y media sin parar, por la mañana y otra vez por la tarde. Llegaba a casa tan cansado, que solamente quería dormir. El primer día lo saqué con algo de miedo por aquello de la obediencia, pero iba preparada de abundante soborno y conseguí que fuera impecable su comportamiento, aunque por momentos se sublevaba porque quería jugar.
El martes, con mejor tiempo, decidí llevármelo al monte para observarle, por si me tocara, en alguna ocasión, cuidarlo un fin de semana de los que me voy de salida.
Fuimos al cerro San Miguel, por zonas con poca presencia humana y canina.
Fantástico el mozo. Tomaba las sendas, vigilaba a quién iba por delante, a la que iba por detrás, me esperaba si me retrasaba, acudía a mis llamadas ( siempre recompensadas). Pues sí, está preparado. Eso sí, llegó a casa rebozado en arena, lleno de pinchos, pero lo que disfrutó....
Llegaron sus dueños y se enfadaron con él. Después de un caluroso saludo dijo que nones, que no se quería largar. Luego en casa, contaron, que no quería jugar con ellos, que les gruñía.
Y es que descubrió, este perro urbanitas, que hay vida más allá de su piso, de su reducido parque, de sus cortos, cortísimos paseos. Descubrió que existe un monte, que se puede correr en un gran espacio, que se puede saltar, subir y bajar y, además, durante horas.
Y hoy volvió a casa, sólo de visita, y al decir "vamos" ya estaba en la puerta dispuesto a disfrutar de otro estupendo paseo, porque los perros de tontos no tienen ni un pelo por muy cachorros que sean.
Ciertas razas no se deberían tener si no dispones de tiempo para ellos. Ésta, concretamente, necesita hacer mucho ejercicio, hay que tener en cuenta que son perros de caza, y claro, si se pasa casi todo el día metido en casa, si sólo se le saca a la calle diez minutos para hacer sus cosas, es normal que esté histérico y que las monte gordas en la vivienda, y todo por culpa del aburrimiento y de toda la adrenalina acumulada.
8 comentarios:
Hola Esperanza, pues estoy totalmente de acuerdo, los perros al igual que las personas necesitan el ejercicio físico como el comer y si no hay tiempo se ponen de muy mal café.
Un perro no es un juguete es un ser vivo que necesita cuidados, tomar el aire, jugar y cariño, mucho cariño. si no se dispone de tiempo suficiente es mejor no tenerlo, ¡colo! igual que un niño.
Me alegro de que lo pasaras bien el fin de semana, que no es mal sitio el Cerro de San Miguel, para pasear y que te de el aire.
Cualquier día te quedas con Paul.
Besos
el lio de Abi
Hola Esperanza:
Gratificante el fin de semana con un perro así. Me encantan los perros pues tengo un vecino con dos seters ingleses (o como se escriba) y no se despegan de nosotros ni queriendo. El amo solo les tiene para cazar, cuando hay caza y pareciera que tiene dos muebles metidos en una cuadra. Una lástima, así es que no es de extrañar que al mismo amo le aullen porque para él son objetos que comen y solo sirven para rastrear. Realmente triste.
Para este tipo de gente les deberían exigir "certificado de capacitación de convivencia con animales" y suspenderle, poniéndole a él en el lugar de los perros.
Perdona que me ponga así, pero me indigna que haya gente con animales y les considere como objetos, cuando no es así.
Saludos,
Ains…. que “arrumacos” Paul te ha sorbido el seso. Que, vale, que el perro se ha entusiasmado con su novedosa vida al aire libre, pero a ti te ha hecho tilín, tilín ese cachorrillo zalamero.
Y sí, tienes razón, los perros -de no tratarse de los falderillos diminutos- necesitan espacio. Y brincar, y dar sus buenas carrerillas disfrutando de la hierba y los árboles y echar una meadita acá y acullá, sin los acotamientos fisiológicos de las ciudades.
Seguro que habrá otra vez. Para los dos.
Saludos.
Deseando estoy, Mirada, de que llegue el fin de semana de Los Santos, ya tengo adjudicado a Paul. Pero el bandido de él, tanto jugar conmigo, ha hecho que tenga las manos llenas de arañazos.
Saludos
Abi, quedarme con Paul es difícil. Soy consciente de todo lo que implica tener un perro viviendo en la ciudad,en un piso, etc., por eso si quisiera uno propio hace tiempo que lo tendría, pero de vez en cuando y de visita...gusta.
Zález, totalmente de acuerdo contigo, pero también te digo que, así como tu vecino se "pasa", otros, en la ciudad, también los "maltratan" no ofreciéndoles las necesidades propias de su raza. Aunque los tengan bien comidos, bien atendidos médicamente hablando, también necesitan un rato de libertad y juego, pero claro.. luego hay que lavarlos si los quieres tener de paseo por la vivienda y claro, eso, es más y más trabajo.
Por cierto, Abi, o me he vuelto tonta o no veo la maner a de hacer comentarios en las entradas de tu blog.
Ya me dirás
...y lo que vas a disfrutar con ese cariñoso y agradecido bandidillo, Esperanza.
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