• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Capilla de los Condestables (Catedral)


Al fondo el cuadro de la Magdalena de Gianpetrino, discípulo de Leonardo da Vinci

Construída por Francisco y Simón de Colonia entre 1482 y 1517.
El retablo obra de Vigarny y Siloé.
Las estatuas yacentes dedicadas a los fundadores de la capilla: D.Pedro Fernández de Velasco y su esposa Mencia de Mendoza y Figueroa.

6 comentarios:

felix dijo...

Hola¡¡

Es una maravilla de retablo. Además, a mi ya me ocurre que cualquier cosa que venga de esa ciudad y provincia, lo miro con otros ojos.
Todo un bastión de la Historia de este país. De inconmesurable belleza y cargada de Historia.

Muchos besos

Esperanza dijo...

Me alegra que te guste. Desde luego es una de las capillas que más impresionan de la catedral
Besos

Una mirada... dijo...

Lo cierto es que esos rincones son una prueba accesible de la capacidad de artistas y artesanos para convertir en elementos concretos -y magistrales- los esbozos abstractos de su imaginación.

Saludos cordiales.

Esperanza dijo...

Mirada, siempre que allá por dónde voy veo estos prodigios, pienso en la paciencia que tenían que tener, al no poseer los adelantos tecnológicos de ahora, para poder realizar semejantes maravillas ¡¡ a mano !!. Para mí tienen, este tipo de obras, más valor que las actuales, por incluir en ellas la paciencia, tesón y largas horas de trabajo manual del artista.
(sin dejar de lado la belleza que encierran)
Saludos

Chesana dijo...

Cuánto trabajo y cuánta belleza!. Luego, buscas el detalle, y te quedas sin saber qué decir. Realmente precioso.

Besos.

Esperanza dijo...

Chesana. Esta capilla es maravillosa, pero espera ver las siguientes entradas, dentro de unos días las pondré, para mí aún más fantásticas