Pues ni idea, unos dicen que sí otros que no, lo que me quieran contar. Si los entendidos no se ponen de acuerdo como para saberlo yo.
Pero lo que sí sé es que se trata de un recorrido corto, sencillo, ideal para iniciar a los más pequeños en el disfrute de la naturaleza y para que aprendan a amarla, respetarla, escucharla y entenderla.
Conforme te adentras en la calzada el bosque se espesa y va ganando terreno al camino. Las hayas extienden sus ramas y la paz te rodea, tan sólo escuchas el susurro del río, el trinar de los pájaros y el ruido de tus propios pasos.
Ya en las cascadas y concretamente en la de abajo, si te quedas quieto y en silencio, podrás ver ranas, sapos y truchas muy cerca de la orilla.
Sigo con las manos hortigadas y es que , fiel a mi principio de que si se sale al campo jamás hay que olvidarse de una bolsa y una navaja, por si las moscas...., pues hoy las moscas han sido caracoles. Ayudándonos de los palos de caminar íbamos apartando las hortigas, pero siempre se escaba alguna y eso me ha fastidiado las manos. Ya no recordaba ese picor tan insoportable.
Como la ruta de Irús es tan cortita y pensando que los domingos por la mañana es fácil encontrar las iglesias abiertas, nos hemos acercado, por orden, a Vallejo de Mena y Siones, ambas poblaciones con sus joyas románicas, hemos visto el exterior de la torre de Lezana de Mena y finalmente hemos subido a pie al santuario de la Virgen de Cantonad ( la única que hemos conseguido ver por dentro).
Pero lo que sí sé es que se trata de un recorrido corto, sencillo, ideal para iniciar a los más pequeños en el disfrute de la naturaleza y para que aprendan a amarla, respetarla, escucharla y entenderla.
Conforme te adentras en la calzada el bosque se espesa y va ganando terreno al camino. Las hayas extienden sus ramas y la paz te rodea, tan sólo escuchas el susurro del río, el trinar de los pájaros y el ruido de tus propios pasos.
Ya en las cascadas y concretamente en la de abajo, si te quedas quieto y en silencio, podrás ver ranas, sapos y truchas muy cerca de la orilla.
Sigo con las manos hortigadas y es que , fiel a mi principio de que si se sale al campo jamás hay que olvidarse de una bolsa y una navaja, por si las moscas...., pues hoy las moscas han sido caracoles. Ayudándonos de los palos de caminar íbamos apartando las hortigas, pero siempre se escaba alguna y eso me ha fastidiado las manos. Ya no recordaba ese picor tan insoportable.
Como la ruta de Irús es tan cortita y pensando que los domingos por la mañana es fácil encontrar las iglesias abiertas, nos hemos acercado, por orden, a Vallejo de Mena y Siones, ambas poblaciones con sus joyas románicas, hemos visto el exterior de la torre de Lezana de Mena y finalmente hemos subido a pie al santuario de la Virgen de Cantonad ( la única que hemos conseguido ver por dentro).
2 comentarios:
Pues ese ha sido el condimento de esta aventura. Me encantan tus fotos y como relatas en pocas palabras tan buena experiencia. Admirable.
Saludos Vivanco
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