Sin pretenderlo hemos estado ahí.
El cambio de hora atolondra a la gente. Y mira que anoche se dijo " a las nueve y media DE RELOJ", pues ni por esas ¡ hubo que esperar casi tres cuartos de hora a juntarnos todos y eso que se les llamó por teléfono!. ¡ Qué desastre !. Y es que, claro, que si la hora de reloj, unos, que si las 10 de ayer, otros, total que al final el resultado fue el que fue.
Pero la culpa no es de ellos, es de esta manía de cambiar nuestros horarios. Para ahorrar energía, dicen; pero la verdad es que yo desde ayer pagaré más luz pues tengo que encenderla antes, por lo que de ahorro para mi bolsillo no tiene nada y encima me paso unos cuántos días medio zombi. Vamos que es un tema sin explicación lógica.
Nos dirigimos a Encío hacia la antigua calzada romana y nos desviamos en el primer camino a la izquierda.
Marcada con tablillas hay un par de rutas encuadradas dentro de este "Espacio Natural Protegido".
Dejamos el coche dentro de El Barranco de la Galera, en el segundo ensanchamiento del camino y subimos, siempre por las marcas, para ver la ermita de San Miguel y los enterramientos. Recorrimos el magnífico hayedo y terminamos en el mirador de Peña del Mazo dónde comimos. A nuestros pies el desfiladero de Pancorbo, a la derecha Pancorbo y a la izquierda a lo lejos Miranda de Ebro. La vuelta la hicimos por el camino sin reparar en la señalización.
Para acabar el día nos acercamos al monasterio en ruinas que se encuentra tomando el camino de la izquierda una vez pasadas las mesas de piedra; camino que andando nos lleva a Cubilla.
No hicimos la ruta que pensábamos, pues ni sabíamos que había sendas marcadas por el lugar. Tal vez por eso nos pasamos de kilómetros teniendo en cuenta como habían salido algunos de Burgos. Calculo que unos 28 kilómetros.
Lo que más rabia me da es que pensado que regresaríamos por el hayedo no hice ninguna foto, porque el lugar era realmente precioso y el camino mullido y relajante para caminar, de tanta hoja seca que cubría el suelo.
Volveremos en alguna otra ocasión sabiendo que aunque te adentres en el bosque es difícil perderse.
Volveremos en alguna otra ocasión sabiendo que aunque te adentres en el bosque es difícil perderse.
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