Por el valle de Valderredible (Cantabria)

Una pequeña excursión por este precioso valle de Cantabria, cercano a Burgos, nos lleva a ver el arte rupestre de la zona.

Comenzamos visitando, en Sta. Mª de Valverde, el centro de interpretación del arte rupestre y junto a él la Iglesia rupestre del mismo nombre, que se sigue utilizando para el culto diario.

Siguiendo la carretera paramos en Villanueva de Nía para contemplar su iglesia de estilo románico.

Llegamos a La Puente del Valle, y nos dirigimos al enclave de San Pantaleón con su iglesia rupestre, tumbas y sarcófago bien conservado.

No está señalizado, pero encontrarlo no es nada difícil. En la misma población cruzamos el río y tomamos dirección Montecillo. Llegaremos a un cruce de carreteras dónde está la indicación de esta población, en la carretera, a nuestra derecha, pondremos atención a un camino que sale junto a un poste de "coto de caza". Es cuestión de andar por esta senda bien marcada aunque a veces algo invadida por la maleza y a unos 50/100 metros encontraremos el enclave.

Volvemos a La Puente del Valle y siguiendo la carretera llegamos a Campo de Ebro. Nos acercamos a la iglesia y encontramos detrás su iglesia rupestre.

La parada más importante del día: reponer fuerzas. A comer junto al Ebro pasada la población de Polientes. Merendero y lugar de baño para el que le guste el agua fría. Mirando a los altos podremos divisar los molinos que se encuentran el La Lora burgalesa.
Continúamos, ahora paramos en Cadalso. A la izquierda y a la altura de las primeras casas está la iglesia rupestre, en la misma carretera.

Seguimos. Obligada parada en San Martín de Elines. Ya ni se cuantas veces he ido a verla y aún me sigue sorprendiendo. Un precioso románico. Uno de sus capiteles fue representado por la Fábrica de Moneda y Timbre en un sello hace unos años.

Tomamos dirección Arroyuelos. En esta ocasión encontraremos una iglesia ruprestre de elevada altura en su interior, en la que se pueden apreciar las estancias de los monjes separadas del lugar de culto.

Siguiendo la carretera, y aunque no petenece a Cantabria y además no tiene ningún panel que indique su situación, es imprescindible la visita a la iglesia rupestre de Presillas, ya en Burgos.

Entramos al pueblo en la entrada donde se encuentran los contenedores y tan solo hay que seguir ese camino, está apto para vehículos, que nos lleva hasta un paraje a nuestra derecha, lleno de robles con merenderos algo ocultos por el espesor del bosque que lo encontré muy abandonado, también observaremos una especie de cancela de madera por la que entraremos encontrándonos al fondo con la iglesia, para mi gusto, la mejor de la zona, por altura, luminosidad y distribución.

Volvemos por nuestros pasos hasta la carretera que nos conduce a Villaescusa de Ebro. Dejamos el coche en el pueblo y comenzamos a andar por la senda que hay junto al Ebro. Llegamos al paraje denominado el Tobazo, pensando encontrar la indicación de la subida a la cascada junto a la que se encuentra un conjunto rupestre. Nada de nada ¡ a saber por dónde se sube !. Encontramos a un lugareño, que está claro venía de trabajar, y nos dice que hay que tomar, a ojo, atravesando "estos sembrados", la dirección de la cascada. Pues bien, yo sé cuál es la peña de la cascada que en época de deshielo se ve desde la carretera y tiene una forma muy peculiar, parece un hongo, pero claro con las playeras que llevaba subir por piedras o monte a través... todo un peligro de resbalones y quién sabe de qué más, por lo tanto, otra ruta para hacer en mejor ocasión.

Y para acabar la jornada parada obligada en Orbaneja del Castillo que, como siempre, se encuentraba llena de visitantes.