A mis 145 días contemplando como se pasan los meses y como ni me llaman para una entrevista de curro, (¡ que sólo hablo de entrevista!), me topé, para mi desgracia, con una funcionaria, que deseo no volver a ver en su p-t- vida; y si la veo procuraré no volver a dirigirle la palabra. Personajes como esté están de más en mi vida.
Acostumbro, cuando estoy con gente la conozca o no, a soltar aquello de..."y yo en la empresa más grande de España", vamos que "yo en el paro". En esta ocasión hice lo mismo, nunca se sabe dónde puede saltar la liebre.
El caso es que me "arrimé" a una pava muy "mona" ella, con la que estuve charlando de lo divino y de lo humano hasta que solté la frasecita y como coletilla, venía a cuento, dije que qué suerte tienen en estos momentos los funcionarios con el puesto asegurado. No le gustó el final de la frase y siendo como ella es una "señorita" profesora de instituto, para más señas, con su puesto conseguido por oposición, pero que tener tendrá de todo: cultura, conocimientos, buena figura, buena planta, una carrera, un buen puesto... pero le falta lo más importante EDUCACIÓN, SABER ESTAR, EMPATÍA, HUMILDAD, CONSIDERACIÓN, RESPETO A LAS PERSONAS, SABER VALORAR EL TRABAJO Y ESFUERZO DE LOS DEMÁS.
A lo que iba, pues no se le ocurre otra cosa que decirme textualmente:
"Yo renuncié a mi juventud por sacarme la carrera y la oposición. Para mí hubiera sido más fácil ponerme a trabajar mucho antes y disfrutar de la vida, ahora tengo mi recompensa. Ser funcionario es libre, los que no elegisteis ese camino ahora no tenéis motivo de queja."
Vamos a ver, vamos a ver g-i-l-i-p-o-l-l-a-s de m-i-e-r-d-a. Tú no sabes las particularidades y peculiaridades de la gente. Tú no sabes si los demás hemos o no disfrutado de nuestra juventud. Tú no sabes qué ha sido de nuestra vida durante los años de atrás. Tú no sabes hasta dónde ha llegado nuestro sacrifico. Tú no sabes si hemos tenido, o no, la suerte de poder vivir de nuestros padres tantos años como tú mientras conseguías tu maravilloso puesto. Tú qué sabes de mí, de mis visicitudes, de mi trabajo, de mis preocupaciones pasadas y presentes. ¿quién eres tú para juzgar a ninguno de mis compañeros? No eres nadie, vives de tu maravilloso trabajo, gracias a nosotros que pagamos impuestos para que te pagen tu nómina ¿te la ganas?. Me gustaría verte en tus horas de docencia ¿te preparas las clases o las preparastes el primer año y hasta ahora?. Dices que tienes muuuucho trabajo, pues te j-d-s, algo malo tenías que tener; aunque yo no me lo creo, pues que yo sepa, tendrás días en Navidad, Semana Santa, Semana Blanca, y los meses, si, sí meses de verano. Esos "vagos" que quisieron disfrutar plenamente de su juventud tan sólo tendrán 30 días libres en verano.
¿Como se puede ser tan sin verguenza?, Sí, eso es lo que eres. Puedes seguir con tu preciosa sonrisa por la vida, pero por lo que a mí respecta ¡¡ AHÍ TE PUDRAS!!
6 comentarios:
Pues por duro que sea, te suscribo tus palabras paso a paso. Viven de nuestros impuestos, y, aunque algunos se ganen el sueldo, la mayoría no lo hacen, y además to tienen ni la más mínima muestra de empatía para con el contribuyente, sí ¡ese que te paga la nómina todos los meses¡ Así que no se haga la martir y que trabaje más, que es su obligación. Como bien dices ¿que sabrá ella de las circunstancias vitales de cada uno? ¿que renunció a su juventud? Já, yo tengo muchos amigos funcionarios y nínguno se ha privado de nada.
Un abrazo y feliz dia.
Bah, Esperanza, no merece la pena airarse con personajes de ese calado; son como algunos pescadores que no tienen el menor pudor en hablar de las truchas de siete metros que pescan, cada fin de semana, en la charca de al lado.
A las personas las define su actitud.
Un abrazo.
Mirada, Félix, muchas gracias por vuestro apoyo, que en momentos tan duros como vivimos algunos es importante que exista gente, que teniendo la suerte de tener aún trabajo, comprenden situaciones como la mía.
El tiempo pasa, el paro corre y , en los momentos actuales, no se ve luz al final del túnel, porque eso es lo peor,, la falta de luz.
Repito, gracias.
Ea, ea, no te soliviantes. No merece la pena llevarse mal rato y sulfurarse por una cosa así. A menudo he descrito cabreos en mi blog, pero trato de hacerlo menos porque, después de haberlos escrito, suelo sentir un cierto remordimiento, aprensión o arrepentimiento. Suelo (no siempre)...
Pues mira, Alfonso, gracias a tu comentario he vuelto a releer mi entrada, por si la distancia, como dice la canción, es el olvido y ¿sabes? que a mis 160 días en el paro se une que se me acaba el "chollo" de los 6 primeros meses y, de verdad, como tuviera que volver a escribir la entrada, posiblemente, sería más incisiva y puñetera ¡ asco de gentuza que hay en el país !
Saludos
Ah pues selo, selo :)
¡Ánimo! Yo pasé unos 600 días desde que me quedé en paro hasta que encontré trabajo. Desde luego, no fue ningún chollo, aunque los primeros días se agradecía la libertad y el no tener que madrugar. Transcurrido el tiempo, se pasa la fase de mosqueo-por-qué-diantres-no-me-cogen, pero no es por tu culpa, es así la cosa. Luego llega la fase de aceptación de la nueva situación y a partir de ahí, el trabajo está a un tiro de piedra.
No te desanimes.
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