• El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella. Lord Byron
  • La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates
  • La belleza de las cosas existe en el espíritu del que las contempla. David Hume
  • De las nubes más negras, cae agua limpia y fecunda. Proverbio chino

martes, 28 de abril de 2009

Crónica del jueves

(Foto: ábside en Gobantes)
No era nuestra intención salir éste día, teníamos otros planes, pero llamaron y cambiamos de idea.
¡ En qué hora!. Pertrechados con todo lo habitual para pasar un día de monte, nuestra sorpresa fue mayúscula al llegar al lugar de concentración. Nos encontramos con que tal llamó a cuál y a otro tal, (aún no he conseguido averiguar quién fue el primero que metió la pata) el caso es que se encontraban ciertos "ancianos/as" cuya caminata más larga no va más allá de cuatro sube-bajas al Espolón los domingos, pero es que encima ya se habían erigido en los directores de orquesta.
¡ En fin!; con el día tan fabuloso y nos lo pasamos haciendo el indio.
Nos hemos dedicado a hacer, tan sólo, kilómetros al coche de la forma más idiota, ¡si por lo menos hubiéramos visto algo de fundamento!......
Primero visitamos Medina de Pomar (más vista que un tebeo). Estuvimos allí casi una hora.
Luego nos llevaron a Gobantes, pueblo prácticamente en ruinas.
Cominos junto a la ermita de Santa Elena cerca de Villate.
Nos metieron por caminos de tierras en busca de un pueblo llamado Villanueva de Rosales, que al parecer, no tengo ni idea, pero no debe existir o está ya totalmente abandonado, el caso que no dieron con él.
Luego fuimos a Bóveda de la Rivera ¿a qué? aún no lo sé.
Y para finalizar el día nos acercamos a Rosales, mira por dónde ahí si vimos algo interesante: una preciosa pila bautismal.
Total, que llegamos a casa más tarde que nunca, yo por lo menos totalmente mosqueada, cansada del aburrimiento y con las piernas cansadas de tanto y tanto coche calzada como iba con botas.
Sólo una duda me asalta ¿ en qué libro de rutas turísticas, de arte, de senderismo o de lo que sea han hecho semejantes hallazgos? Y si tenían el capricho de ir ellos ¿ por qué nos castigan a otros de esta forma?.
Muchas veces hacemos en un sólo día muchos kilómetros al coche pero suele ser con un proyecto de viaje, de lugares interesantes, pero lo de hoy.......mortal.
Sinceramente, me han quitado las ganas de salir con nadie en bastante tiempo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Charla en la UBU


No pienso hacer comentario alguno sobre el tema.
La realidad es tozuda y se comenzó a ver allá por Marzo y ahora es ya una realidad.
Pero, yo, me mantengo en mi postura al lado de los que no se rinden.

martes, 21 de abril de 2009

Un paseo por el Galdampio


(Foto: el Galdampio desde la cima siguiente)
Situado en los Montes Obarenes este pequeño monte te permite observar, una vez arriba, unas vistas fenomenales del Valle de la Bureba, a la izquierda, y del valle (tendrá nombre, digo yo, nunca lo he sabido ¿Tobalina?, ?¿?¿?, ése está más allá, pues no sé, espero que alguien me lo diga), a la derecha.
Se parte desde Miraveche. Atravesamos el pueblo y tomamos el camino de la izquierda junto a las piscinas. Una pequeña cuesta y en el cruce nos desviamos a la derecha dónde comenzamos una fuerte ascensión que nos llevará hasta un collado. Ahí prestamos atención a unos hitos que a la izquierda nos señalan una estrecha senda por la que iniciamos la subida al Galdampio, con vértice geodésico y buzón puesto por los montañeros de Miranda.
Siguiendo la pequeña cresta iniciamos el descenso, en dirección a un claro que desde arriba da la sensasión de acabar en el camino. Y así es.
Cómo esta caminata es cortita, la completamos subiendo la siguiente cima, dónde en su cumbre y al abrigo del aire y del frío comimos resguardados junto a unas piedras mirando a la Bureba.
Nos llovío un poco pero la nube se fue rápido.
Con toda la tarde libre por delante decidimos hacer unas escalas turísticas, antes de volver a casa, dándo un pequeño rodeo.
Estuvimos viendo el ábside de la iglesia de Navas de Bureba, nos paseamos por Castil de Lences dónde nos acercamos a ver el monumento a la Virgen de Manalagua; finalmente subimos a ver la portada de la iglesia de Abajas.
Un día completo, para el gusto de todos.

martes, 14 de abril de 2009

La Peña el Vaso

(Foto: eremitorio Cueva San Andrés)
Un nuevo acueducto en la vida de algunos afortunados.
Pero a mí me sirve para sacar de la carpeta rutas que tengo pendientes para cuándo estamos sólos; porque, claro, hay muchos que las tienen hechas porque han tenido una vida de más "libertad" de lo que hemos tenido otros.
Y hoy, mirando primero el pronóstico de tiempo, he elegido la Peña el Vaso.
Entramos en Quintanar de la Sierra y nos fijamos en la indicación "necrópolis". Seguimos esa dirección. Llegaremos a un panel informativo y dejamos el coche.
Nos acercamos a ver la necrópolis de Cuyacabras. Volvemos al aparcamiento cogemos la mochila y seguimos el camino que indica a Regumiel.
Una parada para ver el eremitorio Cueva San Andrés. Por cierto, señalizado al principio, pero luego, nada más bajar la cuesta, hay que estar pendientes a un hito y ahí mismo, a nuestro izquierda unas rocas, bajamos y la vemos; porque puede pasar que andes andes y andes y tengas que volverte.
Retomamos el camino. A nuestra izquierda un cortafuegos por el que nos adentraremos.
De vez en cuando veremos señales, pero ¡ cuidado !, hay que fijarse bien. Pasaremos el primer claro desde dónde se ve Quintanar, nos adentraremos en el bosque por una senda y en el segundo claro, más pequeño que el anterior, nos tenemos que olvidar de las señales en los pinos y mirar bien el suelo dónde han puesto una flecha con piedras indicando la dirección a tomar para llegar a buen puerto.
Recorreremos el pinar sin mayor complicación, pues está muy bien señalizado.
Ayer a esa altitud soportamos frío, viento y la nieve comenzó a caer a la hora de la comida lo que nos obligó a recoger los bártulos de forma precipitada. Menos mal que ya habíamos visto un poco el paisaje y que contemplamos la Peña el Vaso pero nos quedamos con ganas de dar un paseo por aquel entorno.
Se vuelve por el mismo camino.
Como nos sobró demasiado tiempo nos acercamos a ver Fuente Sanza (nacimiento del río Arlanza). El lugar estaba precioso.
Fue en ese lugar cuándo descubrimos lo graciosos que son los jovencitos de Quintanar.
Por la mañana nos pararon en mitad del pueblo. Estaban ocupando toda la carretera con huchas y pegatinas pidiendo una ayuda (todavía no sé para qué). No conseguimos que se quitaran hasta que les dimos un dinero, pero mientras tanto nos llenaron el "capot" de pegatinas y no nos dimos cuenta hasta que nos bajamos del coche en Fuente Sanza. Para entonces el calor del motor había hecho que la adherencia fuera total. No quedó más remedio que enfriar la chapa con el agua fría del río y a rascar. ¡ Qué graciosillos los niñatos quintanaros!.

lunes, 6 de abril de 2009

El Camino del Pescado

(Foto: Camino del Pescado, calzada medieval)
Dos semanas sin ver a mis compañeros de caminatas y me encuentro, a la mitad de ellos, echos un trapo, pero, eso sí, con ganas de salir al campo, sólo que diciendo "Hoy cortita que no estamos para muchos bailes, luego si sobra tiempo nos por vamos por ahí con los coches".
¡¡¡¡ Estaban cansados/as y me llevan al Camino del Pescado !!!. Ellos sabrán, pensé.
Antes de comenzar a bajar la Mazorra un camino de tierra nos lleva hasta la ermita que se divisa desde la carretera. Ahí dejamos el coche. Por cierto, a la izquierda según llegamos hay una surgencia de agua.
Comenzamos el descenso. Yo miraba hacia atrás y pensaba "¿ sabrán que hay que subir por aquí?""ellos sabrán, que lo saben mejor que yo porque conocen el lugar".
Visitamos el pueblo de Almiñé. Nos abrieron la iglesia y pudimos verla. Y una "cansada" dijo "Por aquí hay unos pueblos muy bonitos".
Total, volvimos sobre nuestros pasos hasta el puente que lo cruzamos y tomamos el camino de concentración de la derecha que nos llevó hasta una vaquería dónde, a la derecha, caminamos en dirección a Quintana de Valdivielso para ver su torre del S. XV.
"Pero si Valdenoceda está sólo a un kilómetro..., podemos comer allí".
A mí no me cuadraban las cosas.: 3 Km. de bajada, 3 Km. de subida, subida,¡ pero qué subida!, 2 km. a Quintana, 1 Km, a Valdenoceda, y la vuelta a Almiñé ,¡ vamos, que unos 11 Km!. ¡¡¿¿pero no estaban cansados??!!.
Salimos de vuelta por el camino a la derecha de la iglesia de Valdenoceda en cuyo pórtico comimos.
Pero lo mejor del día estaba por llegar. Comenzamos a subir la calzada medieval a las cinco de la tarde, con un sol de justicia de plano sobre nuestras cabezas y los estómagos llenos. Agoté mis reservas de agua y necesité que me rellenaran la botella. Y ellos/as, ¡ ja!, así acabaron. Hubo que esperarles más de veinte minutos a que llegaran a los coches.
Conclusión, cuántos más años cumplo menos entiendo al ser humano.