Teniendo en cuenta que por estas latitudes el verano no termina de entrar y aún seguimos usando la chaqueta, durante el día, y alguna prenda algo más fuerte durante la noche; hemos considerado que bien podríamos darnos un paseo campestre aunque fuese corto y , de paso, realizar alguna visita de tipo turístico sin alejarnos mucho de casa.
Por eso hemos vuelto al Canal de Castilla pero esta vez a la zona de Frómista.
Por eso hemos vuelto al Canal de Castilla pero esta vez a la zona de Frómista.
Sin demasiado madrugar hemos llegado a Frómista, visitando la iglesia de San Martín, con su precioso románico y su cimborrio octogonal; la iglesia de San Pedro dónde se encuentra el museo que conserva parte de las tablas del retablo robado, hace unos años, de la Iglesia de Santa María del Castillo y por supuesto hemos visitado esta última dónde, a ciertas horas, hay un montaje audiovisual que habla de la fundación e historia de esta localidad que se encuentra en la mitad del Camino de Santiago.
Por cierto, entrada conjunta a los tres monumentos, lo digo por si hay algún despistado y paga más de lo que debe.
Luego, en la misma población y dándonos un pequeño paseo, nos acercamos al Canal para ver las cuatro esclusas.
Luego, en la misma población y dándonos un pequeño paseo, nos acercamos al Canal para ver las cuatro esclusas.
Comimos en un merendero que hay ahí ( un bocata de filete con pimientos que es sanísimo) y por la tarde nos trasladamos hasta el paraje denominado Calahorra de Rivas, para ver la triple esclusa. Un paseo hasta el molino que hay a los pies de esta obra y vuelta.
En el viaje de retorno entramos en Osorno y tomamos dirección Melgar para darnos el paseíto por el campo.
Al llegar al puente hay que bajar a Carrecalzada (señalado el aparcamiento), dónde sale el barco que recorre esta parte del Canal. Dejamos el coche y comenzamos a andar camino de la esclusa de San LLorente de la Vega. El tiempo que nos echó encima y nos quedamos sin ir a ver el acueducto de Abánades, queda pendiente para otra ocasión.